Constantemente asisto a reuniones donde la falta de modales y buenas costumbres se hace presente frente a la mirada indolente de la mayoría de los asistentes…
Asistimos a conversatorios, mesas de trabajo, reuniones institucionales, etc., etc. donde el léxico parece reducirse a la utilización de palabras groseras y expresiones grotescas que sustentan la posición de alguna de las personas asistentes. Sin contar la falta de urbanidad y ausencia de las reglas básicas de comportamiento en sociedad, sin mencionar la ausencia de protocolo.
Esto no debería ni podría esperarse de ciudadanos que han pasado por las aulas de clase de institutos de educación superior, o al menos poseen un titulado que los acredita como bachilleres de la República. Es entonces cuando recuerdo las oportunidades que de manos y por recomendación de mi madre dedique muchas horas de lectura del Manual de Urbanidad de Manuel Carreño.
Este manual es considerado por muchos obsoleto, pero a manera de ver, si nos dedicáramos a leer todo su contenido nos percataríamos que el grueso de esa información sigue vigente. Por ejemplo:
Hábitos que son de mal gusto: (asentados en el Manual de Carreño)
.- Morderse las uñas o cutículas. .- Sentarse con las piernas separadas o con las piernas cruzadas o torcidas de una manera poco convencional. . - Masticar chicle mientras habla o con la boca abierta. .- Fumar en la calle o hacerlo sin haber pedido permiso a los presentes, especialmente a sabiendas de que el olor a cigarro puede ofender o incomodar a alguien. .- Tener un cigarrillo en los labios mientras habla.
.- Chuparse o morderse un mechón de pelo . .- Hacer que los demás se sientan culpables o incómodos mientras comen algún delicioso postre solamente porque usted debe abstenerse debido a alguna dieta. .- Rascarse o pellizcarse la cara. .- Cometer la indiscreción de hacerle alguna pregunta íntima a alguien en voz alta: ¿ Verdad que usas una peluca ? Estás muy pasada de peso.. ¿verdad? .- Usar un cepillo o peine sucios.
.- Aplicarse maquillaje o peinarse al estar sentado a la mesa de comer. .- Usar tubos en el cabello, en público. .- Llevar esmalte de uñas descascarado, uñas partidas o maltratadas o, peor aún, sucias. .- Hablar demasiado o en detalle de excentricidades personales: operaciones, enfermedades, neurosis, alergias, accidentes, etc. .- Comer ruidosamente haciendo gestos exagerados.
Que lástima que actualmente El Manual de Urbanidad y Buenas Maneras se encuentra olvidado en muchas de las bibliotecas personales de los abuelos o en el área de las bibliotecas públicas que nunca visitan los estudiantes.
Nuestra lengua castellana, es la mas hermosa y completa, que te proporciona todas las herramientas que necesitas para establecer una excelente comunicación. Existen normas para la buena comunicación: estadísticas, geográficas, sociales, académicas y culturales. Pero aquí en nuestro país, cada día nos alejamos más y más de las normas.
Deberíamos estar orgulloso que un venezolano haya creado y difundido a nivel nacional e internacional un compendio de información que resalta lo mejor de las normas y costumbres a seguir que resaltan los valores del ser humano. Sin mencionar que fue el padre de nuestra Teresa Carreño, sobrino de Simón Narciso Carreño Rodríguez, mejor conocido como Simón Rodríguez, el insigne maestro del Libertador Simón Bolívar.
Ese Manual de Urbanidad y Buenas Costumbres prestaba mucha atención a la comunicación integral e interpersonal, cosa que se ha perdido con el avance de la modernidad (Sergio Gasca C., www.cristianoesh.com)
La cuestión no es que se deban retomar habitos y costumbres que se han adaptado con el devenir de los nuevos tiempos, claro ejemplo es la comunicacion via web. Pero no aceptemos que nos impongan como obsoleto el respeto hacia ti y a tus congéneres, tener buenos hábitos y cumplir con las normas para hacer agradable tu convivencia en familia y con la sociedad... Si esto está obsoleto entonces volvamos a las cavernas y arreglemos a los porrazos y resuelto el problema.
